Internet es un espacio ilimitado para la actividad y creatividad humana, desde lo básico, que es compartir información, hasta lo más sofisticado, como los modelos de ciencia de datos que identifican fenómenos no estructurados. Todo cabe en Internet.

Hoy, Internet tiene 4,500 millones de usuarios en el mundo. Alberga 1,740 millones de páginas electrónicas, de todos los temas que se puedan imaginar. Todo los días cambia y aparecen nuevos usos. Es el caso de este 2020, donde empieza a vislumbrarse un nuevo uso: unir en casos de protestas y de reivindicaciones sociales. En un mundo convulsionado por la pandemia del Covid-19, el enojo y la rabia social se abre paso frente a los actos de racismo e injusticias institucionalizado alrededor del mundo, especialmente en un polarizado Estados Unidos.

A ello hay que agregarle la irrupción de la generación Z, que está dispuesta a pasar de lo anecdótico a la acción en materia de protesta social. Recordemos que los Z, de acuerdo con Wikipedia, son los nacidos desde la mitad de la década de 1990 hasta mediados de la década de 2000. La mayoría ha utilizado Internet desde muy temprana edad y se siente cómodos con la tecnología y los medios sociales. Se estima que corresponden a 23.7% de la población mundial.

Estos dos fenómenos, la generación Z y las reacciones sociales contra el racismo y las injusticias institucionalizadas, han generado un nuevo activismo cibernético, denominado el Internet de protesta, que busca agrupar a los enojados y descontentos para darle peso y unirlos en la acción para trabajar en los cambios urgentes que se requieren.

Todo empieza con un evento inadmisible, como los recientes asesinatos de personas de color en Estados Unidos a manos de policías blancos, para disparar el activismo cibernético a través de páginas simples, sencillas y fáciles de compartir, creadas en plataformas públicas gratuitas donde solo se solicita un correo electrónico para darla de alta.

Representan un forma de compartir recursos e información de forma rápida, segura y creativa. El creador de la página coloca la información que considera pertinente y empieza a compartirla entre sus propios contactos y en las redes sociales. Y así inicia el fenómeno viral.

Para ello hay varias plataformas con herramientas simples y fáciles de usar para crear una página. Es el caso de Carrd, Bio.fm y Linktree. La mayoría pide solo un correo electrónico para crear un página, lo cual te da seguridad y privacidad. Se crean sitios de una página, sin necesidades de menús, con formatos preestablecidos, que hacen posible en minutos crearla y darla de alta.

Además las direcciones de estos sitios de protesta social son fáciles de insertar en los mensajes de redes sociales, lo que permite que se puedan viralizar con rapidez.

La plataforma Carrd ha sido la más exitosa en el inicio de Internet de protesta, para sorpresa de sus creadores, pues la diseñaron para la creación de páginas personales y para la promoción de pequeños negocios y diferentes movimientos culturales y de artistas. La sorpresa para todos es que los usuarios las están usando para protestar.

Mucho de ello tiene que ver con el hecho de que la generación Z ha adoptado este formato para hacer justicia social. Los expertos concluyen que es una expresión del cambio en la forma que los jóvenes consumen noticias y usan las redes sociales. Confían en ellos, en los iguales, más que en los medios tradicionales.

También representa un cambio de enfoque: dejar de centrase en los personajes que difunden la información y centrarse en la causa social.

Así páginas de Carrd, por ejemplo, han jugado un papel destacado en los movimientos contra la elección del primer ministro homofóbico en Polonia en junio, en las protestas por el estallido del cargamento de explosivos peligrosos en Beirut, en las reacciones públicas ante la reciente elección que derivó en violencia en Bielorrusia. Y, por supuesto, que han estado en las protestas en Estados Unidos del movimiento Black Lives Matter.

Los especialistas señalan que esta nueva forma de alzar la voz es producto de la cada vez mayor democratización de la tecnología y el incremento de la capacidad de los usuarios de Internet de usarla y hacerla real. Las consecuencias de esta nueva forma están a la vista: en minutos la información llega a todos los rincones del mundo y genera empatía para incrementar la presión social por el cambio.

Bienvenidos a un mundo más reivindicativo donde un manejo sencillo, fácil y ágil de Internet permite difundir información para sensibilizar e invitar a la protesta a favor de los cambios sociales urgentes. El 2020 se empieza a caracterizar por un mayor activismo social, donde las nuevas generaciones tienen mucho que decir.

Fuentes: