Avanzamos hacia una sociedad tecnologizada que implica un cambio constante de las reglas del juego: es la “era del conocimiento” donde ya no hablamos de “materia prima”, sino de información; no de “mano de obra”, sino de capital intelectual, porque ahora la productividad de las personas está más relacionada con el manejo de tecnología y datos que con habilidades manuales.

Pero además vivimos en un nuevo contexto, donde lo digital cambio la dinámica de todo. Se calcula que hay un total de 2,400 millones de usuarios de Internet en todo el mundo, el doble de los que había en 2007 (1,150 millones de usuarios). En México, el número de internautas se ha más que duplicado en los últimos cinco años, al pasar de 20.6 millones a 55 millones.

Hoy, lo digital es lo natural, no lo accesorio. Lo digital se “engulló” al mundo físico.

Adicionalmente, estamos ante una revolución de los usos y aplicaciones de la tecnología a partir de la explosión de la telefonía celular. El celular se está convirtiendo, por su precio cada vez más accesible y creciente equipamiento tecnológico, en el dispositivo que conduce la ola de cambio.

El nuevo consumidor de la era digital cuenta con un nivel académico y cultural más alto, proviene de la clase media, su edad promedio es de 30 años, son unos increíbles buscadores, es decir que antes de acceder a consumir un producto o servicio se informan, buscan opiniones de la marca, de sus competidores y contrastan la opinión con otros usuarios digitales; son muy exigentes y conscientes de su poder; buscan tener una experiencia positiva como consumidor.

El listado de las 100 compañías más grandes del mundo refleja el intenso cambio en el perfil de los consumidores. En 2008, hace apenas cinco años, el grupo de las 10 primeras empresas reflejaba el predominio de las actividades tradicionales (petróleo, servicios y bienes de consumo, finanzas) la excepción era Microsoft, que figuraba como la número 5. Para 2013, Apple es la número uno (antes 54), Google la tres (antes 33), y Microsoft subió un lugar para posicionarse como la cuarta compañía con mayor valor de capitalización bursátil. Las compañías ligadas a la era del conocimiento están ganando la batalla por el liderazgo económico mundial.

¿Cómo satisfacer los nuevos mercados cambiantes, sofisticados y complejos? Se requiere de la generación continua de nuevas iniciativas empresariales que satisfagan nuevas necesidades. Somos testigos de la obsolescencia acelerada de muchos negocios y la aparición de nuevos “yacimientos de mercado”.

Es aquí donde entra el papel de los emprendedores, esos líderes que impulsan nuevas ideas cargadas de riesgos pero también de grandes oportunidades. Ellos son los que de mejor modo pueden enfrentar la incertidumbre de un entorno cambiante porque aportan innovación y creatividad.

Son protagonistas del crecimiento económico porque detectan oportunidades en el mercado, fundan empresas y generan empleos. Son innovadores que transforman nuevas ideas en negocios y están comprometidos con el aprendizaje continuo. Además, como miembros de la generación “Y”, están comprometidos con causas sociales y buscan desarrollar soluciones para la construcción de un mundo mejor.

Ellos, con su espíritu emprendedor, están cambiando al mundo. Por eso hay que abrirles más puertas y esperar mucho más de su talento.