En días recientes Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, la red social más importante con un valor de $66,000 millones de dólares y con 2,900 millones de usuarios, anunció su cambio de nombre. Ahora se llamará Meta. Este anuncio, ¿es un cambio de nombre frente al desgaste de Facebook ante las recientes y crecientes críticas de su actuar privilegiando al negocio sobre el interés general y la privacidad de sus usuarios?

Al parecer, el cambio va más allá del nombre y busca crear un nuevo negocio a partir de en un mundo virtual alterno al real: el Metaverso.

De acuerdo con Wikipedia, el metaverso “significa ‘más allá’, y la raíz ‘verso’, una derivación regresiva de «universo». También conocido en español como metauniverso, se trata de un concepto utilizado generalmente para describir una experiencia inmersiva y multisensorial en el uso aplicado de diversos desarrollos tecnológicos en Internet. El metaverso o metauniverso generalmente está compuesto por múltiples espacios virtuales tridimensionales, compartidos y persistentes, vinculados a un universo virtual percibido.

“Los metaversos son entornos donde los humanos interactúan social y económicamente como iconos, a través de un soporte lógico en un ciberespacio, el que actúa como una metáfora del mundo real, pero sin las limitaciones físicas o económicas allí impuestas”.

Así Zuckerberg apuesta al futuro creando un mundo virtual “para relacionarnos entre nosotros, para entretenernos, para trabajar, para estudiar, para hacer deporte. Y para comprar, por supuesto. Con solo unas gafas de realidad virtual y conexión a internet el usuario podrá sumergirse en ese universo paralelo que promete revolucionar nuestra idea de Internet (https://bit.ly/3nR3OET)”.

Según Bloomberg Intelligence, este nuevo negocio tendrá un valor de $800,000 millones de dólares para 2024. Se asegura que esta nueva iniciativa tendrá “más repercusión en nuestras vidas y en la economía de la que ha tenido el teléfono inteligente en los últimos diez años”.

¿Cómo va a funcionar este metaverso? Necesitaremos unas gafas especiales de realidad virtual, con ellas entraremos a un espacio de partida, denominado Horizon Home y de ahí empezaremos a interactuar con nuestros contactos. Podremos, por ejemplo, llevar una conversación de un grupo de WhatsApp a una sala virtual donde avatares nos representarán con libertad de movimiento.

Tendrá un siguiente nivel, Horizon World, donde participarán las empresas que quieran entrar al proyecto. Habrá sitios para la adquisición de elementos de decoración y accesorios variados, Horizon Marketplace, o una plataforma para poner en práctica el trabajo híbrido, Horizon Workrooms.

“Meta tiene también la intención de combinar el mundo real con el metaverso. Es decir, integrar elementos virtuales (por ejemplo, el holograma de la persona con la que estamos hablando) en el entorno real que estamos viendo. Eso se haría con otras gafas, en este caso de realidad aumentada”.

El negocio vendrá de la venta de accesorios para vestir y personalizar a los avatares que nos representarán en el mundo virtual.

Los primeros sitios con una funcionalidad totalmente virtual, se cree, que estarán listos en un año, y la creación de todo el mundo virtual podría tardar entre 10 y 15 años.

Algunos expertos creen que la decisión anunciada por Facebook busca desviar la atención de los últimos escándalos sobre privilegiar al negocio permitiendo e impulsando la viralidad de contenidos polarizantes y tóxicos, y de violar la privacidad de sus usuarios para conocer sus gustos y preferencias para usarlos con fines comerciales (https://bbc.in/3nV67Xc).

Es muy probable que el cambio de nombre de Facebook a Meta haya sido anticipado por el desgaste creciente de la red social, pero detrás de ello esta una propuesta que seguramente impactará la humanidad en los próximos años. Al tiempo.